Prolegómeno de la Cultura Pentecostal
En el marco del día del Patrimonio Cultural en Chile[1], no puedo dejar pasar, el escribir algunas líneas relacionadas con el Patrimonio Cultural de nuestra Iglesia Pentecostal de Chile, específicamente, con aquellas que tienen relación con su herencia Arquitectónica del tipo Protestante/Pentecostal, tanto de su Edificio de Catedral, como así también, de sus diversos Templos dedicados a la expresión Cultual de sus feligreses en honor a la Divinidad de la Fe Cristiana, que dan esencia, sentido y forma a la Pentecostalidad Criolla de la Ipechi (a lo largo y ancho de nuestro país). Cabe destacar que, en el plano teológico, la Pentecostalidad se entiende como: aquella sacralidad del Dios-Hijo, manifestado a través del Espíritu Santo, en sus multiformes manifestaciones y que es vivida por los regenerados, quienes se congregan en su nombre con el único fin de glorificarle a él, en la comunión de los hermanos, públicamente en un templo. De ello, se contempla al templo como “Casa de Dios” o lugar santificado para Dios o casa de oración; gracias a la presencia sobrenatural del Espíritu Santo, que une a sus miembros para adquirir plenitud comunitaria y de interacción entre ellos, dando paso a la necesidad y deseo, de edificar y consagrar algunos lugares materiales para el ejercicio cultual (público), tal cual como se vivió en Palestina, durante la fiesta judía de Pentecostés, narrada en Hechos 2, en el Aposento Alto o Lugar de Reunión. En otras palabras, el Templo Material es el momento (kayrós), en que Dios se hace presente (hierofanía), por medio de su Espíritu Santo que es la revelación eterna de su Hijo, en la Iglesia, congregándolos en la comunión y fe de su salvador, en el edificio erigido para el culto público.
Modelo Arquitectónico Pentecostal
La arquitectura de los edificios Pentecostales destinados a la celebración del culto público de las diversas congregaciones que surgen del seno del Movimiento Pentecostal Histórico-Clásico-Criollo Chileno, iniciado por el Teólogo, Rev. Willis Hoover, se sitúan principalmente en las configuraciones basadas en tipologías existentes, que fueron reacondicionadas para el servicio oficial, emancipándose del modelo basilical romanista (pre-conciliar), que alejaba a los fieles de los clérigos. Es por eso que, la mayor parte de los primeros Edificios Pentecostales (datados entre el 1910 al 1970), dieron paso al modelo post-conciliar protestante, que elimina las iconografías interiores, el cristo crucificado y los monumentos exteriores tipo monasterios, dando paso al uso de emblemas exteriores basados en la iconografía Paleo-Cristiana de la Iglesia Primitiva. Entre los componentes de estos Modelos Arquitectónicos Pentecostales tenemos a: (1) La Cruz Vacía, como Emblema que da cuenta de una señal que recupera el sentido pleno del evangelio (Cristo Resucitado). En el interior se incluye un (2) Eje Procesional hacia el altar, que dispone de un reclinatorio para los feligreses permitiendo la cercanía del Pastor con ellos. Además, se destina un (3) Oratorio para facilitar la ministración de los Presbíteros y Diáconos en el culto público, que, delante de ello, se halla un (4) Atrio para el uso Ceremonial de ejercicio Pastoral. También se circunscribe un emplazamiento destinado para la alabanza utilizado por los (5) Coros Instrumentales y Vocales, que tiene como fin, el expresar adoración a nuestro Dios, por medio de cánticos congregacionales en el templo. También encontramos el lugar del predicador y el de los jerarcas de la congregación, quiénes se situaban en su correspondiente lugar denominado como (6) Sitiales Jerárquicos (tras el púlpito, acomodados en sillones), mirando hacia la congregación y no dando a espalda en el transcurso del servicio, como era típico del romanismo, dando pie a la unidad y al comunitarismo congregacional. Finalmente tenemos las (7) Naves Congregacionales donde soportan el aforo de los miembros que asisten al templo a celebrar el Día del Señor de forma Cultual (según el uso Bíblico Neotestamentario).
Componentes Universales y Singulares
Este piloto arquitectónico Pentecostal, universalmente era un símbolo de protesta y rompimiento a la tradicional línea romanista que se utilizó por muchos siglos a lo largo de la Historia de la Iglesia, donde se ostentaba el poder económico tanto del imperio como el de la Iglesia, por medio de la explotación del pueblo, siendo solamente abierto para sus clérigos (monasterios e iglesias matrices), sin una cercanía con el pueblo. A diferencia de ello, en los inicios del pentecostalismo en Chile, tenemos que muchos de los edificios eran casas de miembros de precarias condiciones que, sin distinción alguna, eran abiertos a la congregación que permitían la inclusión de los más pobres y desprotegidos de la sociedad (templos reconocidos como iglesias criollas). Este componente universal, dio paso a la singularidad de los Templos Pentecostales, ya que, al ser abiertos a la sociedad, estos se comenzaron a llenar, de los cuales fue necesario la expansión del territorio y la remodelación o construcción de un edificio de mayor capacidad. Cada uno de los miembros (que en su mayoría eran de escasos recursos), trabajaron arduamente en alcanzar los recursos para lograr progresivamente aquella necesaria inversión de los cuales nuestros templos no son ajenos a ello (ejemplo de ello es nuestra catedral y nuestros templos a lo largo del país). En la etapa de construcción de estos nuevos templos, se patentó el énfasis de una fachada Singular enraizada en el paleo-cristianismo y que a su vez mostrara la Universalidad del Evangelio, con un diseño arquitectónico de una Cúpula elevada con un Emblema primitivo, transformándose en un modelo muy innovador al contexto de aquella época del génesis pentecostal, la que dio paso a una identidad propia de la Confesionalidad Pentecostal de la Ipechi, con su rol social y evangelizador.
Sintaxis de los Templos Ipechi
Finalmente podemos reconocer en los modelos de nuestros templos Pentecostales, la sintaxis arquitectónica, en función de esas formas con las que se vinculan y organizan los espacios de un conjunto arquitectónico respecto del objetivo que se le quiere dar y nuestra Ipechi mantiene en la generalidad de sus templos, una uniformidad a lo largo del país, buscando una configuración que mantenga ese deseo de adorar a nuestro Dios y congregar en unidad a sus miembros. Por eso los templos Pentecostales poseen elementos configuradores principales, poseen la técnica constructiva (que en muchos casos se ha realizado con materiales reciclados y con diseños para ahorro energético del tipo lumínico), la valoración de la fachada principal, la rigidez del eje procesional (ordenador y longitudinal), la distribución jerárquica de la asamblea y el predominio visual del púlpito y el altar como centro focal de los congregantes o auditorio, demostrando su interés por congregar a sus miembros en adoración comunitaria y pública, en la paz del Señor y la iluminación del Espíritu Santo.
Bibliografía
- Entender el Templo Pentecostal, Elementos, Fundamentos, Significativos, Editorial CEEP.
[1] Celebrado entre el 29 y 31 de mayo (Chile).