Nos contactamos con nuestro obispo emérito, quien en una breve entrevista nos comentó sobre los inicios y propósito de crear el Instituto.
¿Cómo nació la idea de conformar un instituto teológico? «En el año 91, nació la idea de hacer un taller de capacitación. Habíamos puesto a andar un proyecto de media jornada de capacitación teológica, y la otra media jornada con enseñar un oficio a los pastores, oficios como electricidad, cortes de pelo, y variedad de otras cosas; también teníamos la idea de que hermanos aquí en Curicó por algunos fines de semanas o algunos meses, apadrinaran a jóvenes o hermanos que quería venir a la capacitación.
Esa fue la primera idea que se echó a andar, y de ahí nace la propuesta del Instituto IPECHI, y que se hiciera más bien para facilitar a todos, no presencial sino a distancia»
Respecto a la motivación que había en ese entonces para dar inicio a un instituto teológico, nuestro obispo emérito, nos comentó:
«Nos dimos cuenta que se necesitaba capacitar a nuestros pastores y a los que tuvieran el llamado también, porque no nace con la idea de solo para pastores, sino para aquellos jóvenes o matrimonios jóvenes que estaban en la iglesia y que tenían o estaban sintiendo el llamado pastoral.
Nuestra intención fue que ellos partieran con un poco más de preparación, ya que, nuestra iglesia nunca había tenido una preparación formal, como tienen otras iglesias que realizan seminarios donde se internan los estudiantes o egresan».
También nos comentó que su motivación partió desde su experiencia en los estudios en la palabra del Señor, ya que fue parte de un instituto interdenominacional.
«Concordaba también con la capacitación por distancia; como fue mi caso, en el año 85 aproximadamente, empezamos a estudiar un grupo de pastores interdenominacionales en lo que se llamaba en aquel entonces ‘Logoit’; era una facultad teológica evangélica, que no tenía ni extremos fundamentalistas ni de liberalismo, sino que daba esta posibilidad a los pastores que no habían tenido una formación teológica.
La formación consistía en llevar el instituto a casa por así decirlo, entonces nos asignaban ciertas temáticas que se estudiaban en 3 meses en grupos y después venían de Santiago profesores que iban a Concepción a tomar los exámenes»
¿El instituto ha sido una buena herramienta para potenciar el estudio de la palabra en la Iglesia Pentecostal de Chile?
«Una muy buena herramienta, y que sin duda como todas las cosas se puede mejorar, perfeccionar. También considero importante capacitar en la temática, no solo de interpretación bíblica o la parte de la labor espiritual de la iglesia, sino también que se incluyan materias que tengan que ver con la contingencia social y con la práctica de la vida, porque a nosotros los cristianos eso a veces nos falta mucho, el aprendizaje en la vida testimonial diaria».
¿Qué podría rescatar de los años que lleva el Instituto?
«Lo que podría rescatar es que se ha mejorado global o general la visión de la iglesia de prepararse más, de estudiar más, de ir consolidando a través de IPECHI; también, por otro lado, se ha enseñado la línea doctrinal de la iglesia, y ha fortalecido la propia identidad de la iglesia Pentecostal de Chile».
¿Considera que se hace urgente que la nueva generación se mantenga preparada en la escritura?
«Por supuesto que hay una gran necesidad; ¿cómo combatimos los errores? con la verdad, y para eso tenemos que estar preparados, como dice la carta de judas, tenemos que ser solícitos en este entrenamiento y aprendizaje de la palabra. No para contender, no para tener un ánimo competitivo con otras iglesias, sino para aprender a interpretar la biblia.
El instituto enseña este ramo de la exégesis bíblica a interpretar correctamente la biblia, teniendo en cuenta los contextos distintos, y para consolidar más nuestra declaración de fe como Iglesia Pentecostal de Chile.
Digo y reitero que no es para contender, para decir que nosotros tenemos una verdad, somos parte de la verdad, que la verdad por excelencia y única es Cristo, ‘yo soy el camino y yo soy la verdad’.
El estudio de la palabra es muy importante para enfrentar esta generación del presente y la que viene, ya que, tenemos muchos cambios en la sociedad, muchos cambios en la cultura, muchos cambios en la mentalidad de nuestros jóvenes, y quienes son con mucha facilidad cautivados por otras corrientes bíblicas-teológicas, quienes terminan con facilidad deslizando y perdiendo la verdadera identidad como miembros de la Iglesia Pentecostal de Chile».
Nuestro obispo Emérito, también dejó unas palabras de motivación dirigidas a aquellos que se están sumando a los estudios del instituto este año 2022 y también a quienes desean sumarse.
«Mi palabra siempre ha sido, es y va a ser de motivación; a superarnos, a mejorar lo que se ha hecho, sumándole este interés de perfeccionarse cada día más en la palabra del Señor; en como nosotros aprendemos a hacer una interpretación bíblica para insertarla en los contextos que nos toca vivir en la vida social, en la vida personal, y en lo que es cotidiano.
También a la praxis, la práctica de la vida del cristiano en familia, en comunidad, en todas las áreas que le corresponde hacer. Así que es muy importante usar esta instancia del Instituto Teológico Ipechi y ojalá con los años nuestro instituto se vaya también mejorando; porqué no decir y en lograr soñar, que nuestra iglesia tenga una sede del instituto bíblico».
Finalmente, nuestro obispo emérito, Ulises Muñoz, nos deja algunos consejos útiles para estudiar la palabra de Dios.
«Uno tiene que con mucha humildad acercarse al conocimiento de la palabra, siendo de tal manera que el conocimiento de ella no lo envanezca, sino que lo fortalezca, pueda producir un efecto de un testimonio de solidez en la fe cristiana; no es estudiar para ponerse por sobre los demás, sino que entre más yo estudio la palabra del Señor, entre más tengo como referentes los hechos, las situaciones que sucedieron en distintas épocas y culturas, y mirando especialmente el modelo por excelencia que es el modelo del maestro divino, nos hace ser más humildes y más consolidados en la enseñanza bíblica».